¿Qué te pasa, hermano?
Cuando nace un segundo bebé, una de las mayores tentaciones de los adultos es regalarle al hijo mayor un libro sobre lo que implica ser uno más en casa. De esta forma, junto con el hermanito, el niño recibe un cargamento de libros sobre los celos, los cambios, las alegrías y las nuevas necesidades familiares. La fe está puesta en que la literatura haga su trabajo y actúe como un precioso escudo capaz de evitar lo inevitable.
Entonces los libros terminan perdidos o en un rincón, los niños hastiados y los padres con una inmensa desilusión, al ver cómo su hijo sólo ha podido ver en él una poderosa arma contra intrusos usurpadores de hogares. Porque, la verdad sea dicha, no hay una gran diferencia entre este tipo de regalo y tirar agua caliente sobre una herida.
Todos deberíamos tener la oportunidad de elaborar nuestras propias leyes de convivencia con el sentimiento de turno. Gozar del tiempo y del espacio necesario para acomodarnos a la envidia o dialogar y buscarle un lugar a los celos. Algo tan legítimo y necesario como reflexionar sobre el amor. Tenga la persona el tamaño que tenga y calce el número que calce. Imagino que el tan citado respeto debe parecerse a eso: a sentir sin ser juzgado y a contar con la holgura adecuada para llegar a un acuerdo consigo mismo.
Pero cuidado, el error en este caso no es el libro sino el momento. Un nacimiento es un acto lo suficientemente trascendente en la vida de una familia como para ser abordado. Tan importante como es la política, el trabajo, la pérdida y la amistad. Tan importante como para ofrecerle estos libros porque tienen una buena calidad literaria y tienen derecho a ser más disfrutados que rechazados. Tan importante como para hablar sobre lo que pasa y nos pasa. Para los que se animen, tengan hijos o no en la realidad, en sus pensamientos, o en los sueños, aquí va una pequeña y subjetiva selección de libros sobre el vínculo fraterno que podéis regalar en cualquier momento.