Amiga gallina y el encanto del miedo
En un día azul, con un cielo azul, un paisaje azul invita a un cerdo, un perro y una gallina a dejar la confortable granja para vivir una aventura. El perro es valiente y decidido: “¡allá vamos!” parece decir con cada paso; el cerdo es observador y sensible a la belleza que ofrece el camino; y la gallina… la gallina no deja de temblar de miedo en cada nuevo escenario.
Este es el comienzo de Amiga gallina, el álbum escrito por Juan Arjona e ilustrado por Carla Besora, publicado por A buen paso. Un libro con sabor a fábula, cuya moraleja, escrita con tinta invisible, actualiza la trama.
Allá, a donde va, Amiga gallina conquista a los pequeños lectores. Cuando está en mi cesta es uno de los primeros en desaparecer y uno de los últimos en devolverse. Y, tengan cinco, seis, siete u ocho años, los niños siempre me lo piden para llevarlo a casa o releerlo. Por eso, una mañana después de que Said, de tercer curso, me dijera con el álbum en la mano “¡Cómo molan tus libros!” me pregunté sobre sus atributos literarios para ser tan bienvenido en la mirada infantil. Esbozo algunas ideas en base a mi experiencia.
En primer lugar tiene una estructura clara y musical. La reiteración las voces de los animales es ordenada y, en este contexto, la repetitiva frase de la gallina actúa como acento, que marca un ritmo narrativo. Pero quizás, el rasgo más sobresaliente en este aspecto es su evocación a la tradición oral. Es una historia agradecida para ser leída o narrada en voz alta. Fácil de recordar y de seguir, se pueden agregar o sustraer elementos sin dañar lo esencial. Escucharla es navegar por un equilibrado y armónico mar de sucesos sencillos de prever.
Los tres protagonistas tienen una personalidad muy definida y contundente, que no deja lugar a dudas quién es quién. En este caso, lo divertido es el contraste que generan las tres voces en su conjunto y sus radicales puntos de vista ante la misma situación.
Las ilustraciones de Carla Besora introducen a los lectores en la mirada de la gallina. De esta forma, la temerosa protagonista nos presta una percepción cargada de exageración y fantasía, mucho más atractiva y sugerente que la realidad. Podemos nadar en ríos junto a criaturas mitológicas y andar por senderos donde las vacas vuelan y acechan animales sin nombre.
El punto dulce del álbum está en el final, pues el miedo de la gallina –algo aparentemente negativo- es lo que acaba por salvar a los tres amigos de una noche oscura y amenazante. “¡Amiga gallina, qué sería de nosotros si no fueras tan cobarde!” dicen el cerdo y el perro. Y, según la emocionante aventura, no exageran.
Juan Arjona – Carla Besora
Álbum ilustrado
A Buen Paso