Navegar entre dos palabras: 44 poemas para leer con niños

Navegar entre dos palabras: 44 poemas para leer con niños

Hoy es un día que vuela, que se escapa de la rutina y resbala de los quehaceres cotidianos. Un día en el que las caricias de la vida se buscan en el calor del sol, justo en el margen íntimo de la ventana. En esta extraña mañana, el mate busca compañía y la encuentra. Se trata de un libro del que quiero hablar desde hace tiempo: 44 poemas para leer con niños, seleccionados por Mar Benegas.

Años atrás, en un artículo de Hugo Mujica leí la siguiente reflexión: «Un poema se lee como se escucha una sonata o como se mira el mar, sin para qué, no buscando que nos informe sino esperando que nos transforme». Desde entonces, mi cata de poemas se basa en el sabor a sal de los sonidos y, su valoración final, en la capacidad para mecer los silencios rumiados. Y es desde ahí, en el fondo de lo no dicho, donde esta antología de Litera asoma para navegar entre dos palabras: encuentro y compañía.

Encuentro. El libro es una propuesta para compartirse en familia y a viva voz. Pero también, para nadar por el tiempo y por otras orillas del mundo. La selección permite oír a Quevedo, Oliverio Girondo, Alejandra Pizarnik y a Joan Manuel Serrat. Es cierto: el libro representa una gran oportunidad para conocer y abrazar autores nuevos. Decirles mucho gusto, cómo está usted y qué bien que hoy, justo hoy, viene a mecerme el corazón. Pero también, para los que tenemos una juventud a cuesta, cada página es un reencuentro. Volver a leer: «Llorar a lágrima viva. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos» fue volver a ese tiempo donde las responsabilidades quedaban lejos y la libertad muy cerca, a los recuerdos gestados en el lugar donde despertamos, solos, a la vida. Me encuentro en estos poemas y encuentro a otros. Encuentro un diálogo con quien aún no conozco y con quien compartí mi juventud. «Para que la poesía se diga, en definitiva, no hay que entenderla, sino dejarla resonar, abrirse a ella y, en ella, abrirse en el espacio que ella misma convoca con su propia voz» continúa Mujica, mientras siento cómo los versos de Gabriela Mistral despliegan sus imágenes como los pétalos de una flor.

Compañía. Mar Benegas nos guía, con comentarios en cada poema, desde el afecto. Es una mano que nos sostiene si la emoción se desborda, un susurro que indica la entrada a la palabra, un grillo nocturno que nos sitúa a cada momento. Nos cuenta sobre el origen del romance, comparte su opinión sobre el poema, nos descubre los secretos de la mirada poética. La lectura se convierte en un enriquecedor diálogo a tres voces entre Mar, el que lee y el que oye. Una experiencia bulle. Para ser justos, vamos a decir que aquí el diseño también tiene mucho que decir y participa de la confabulación: ¡juego a la vista! dice con líneas, tipografías y tinta azul.

«La pregunta sobre qué dice la poesía no es la pregunta sobre el significado sino sobre el sentido, es aquello que no dicen las palabras, pero se dice en las palabras, aquello que más que decirse hace que lo diga yo. No se trata de qué dice la poesía sino qué me hace decir sobre mí, sobre el mundo, la vida: no qué dice sino qué enciende, qué alumbra». Hemos navegado entre dos palabras para arribar a una tercera. La complicidad siempre es un buen puerto de llegada. Esa singular selección de Mar Benegas brinda 44 oportunidades para descubrirlo. Feliz lectura.

Mar Benegas – compilación
antología de poemas
Litera

Conoce mejor a Mar Benegas

Posdata…

Leí el artículo «Para entender un poema» en la sección opinión de la revista del diario Clarín, probablemente en el año 1999. Me reencontré con él hace poco, entre papeles y recuerdos. Podéis leerlo en el el blog Xanadu.

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