Guardar el equilibrio
«Me llena de alegría recordar la mañana de 1974 en que un joven le hizo un regalo de una asombrosa e indeleble belleza a Nueva York.»
Paul Auster
A veces los escritores atrapan sus relatos de la vida. Los cazan con su red de palabras y los convierten en objetos. Objetos también llenos de palabras. Tomarlos, leerlos, es detenerse sobre una porción de la realidad. Estar lejos para estar cerca. Es volver a descubrir el juego de las estatuas.
Este es el caso de Mordicai Gerstein y El hombre que caminó entre las dos torres. Entre sus páginas quedó atrapada la historia de Phillipe Petit, el funambulista francés que caminó entre las Torres Gemelas de Nueva York en agosto de 1974.
Un recuerdo de papel que hace equilibrio en esa ambigua frontera entre el deseo, la locura y la decisión. Al leer el álbum sentí la brisa de aquella madrugada fría entre las nubes, oí el corazón de Phillipe y el eco del asombro de todos los que alzaron la vista. Deseé estar allí para aprender a tocar las nubes, para ser testigo de esa parte inclasificable del ser humano que nos hace únicos.
No resulta fácil distinguir entre la insensatez y la belleza. Tampoco, como lectores, nos corresponde juzgarlo. Sin embargo, estamos llamados a guardar en la memoria aquellas lecturas que toman fragmentos de la vida para hacernos más libres, y constituyen un relato vivo en nuestra historia común.
Me gusta cuando los escritores cazan sus relatos del pasado, del presente. El hombre que caminó entre las dos torres es un buen ejemplo. Quizás porque leerlo es como devolvernos una parte de quienes somos; ésa que en el maremágnum cotidiano, sin querer olvidamos.
Videos
Fragmento de Man o wire
Philippe Petit en El Hormiguero
Mordicai Gerstein
Planeta de Agostini
Libros
Phillipe Petit
Alpha Decay S.A
Phillipe Petit
Duomo ediciones
Película
Robert Zemeckis
Año 2015