17 de julio de 2020
El arte de la secuencia: entre cómics y novelas gráficas
Querido Bruno:
Este último tiempo, aunque hemos hablado mucho, te he escrito poco. ¡Y eso que temas no nos faltan! Por eso hoy te propongo subirte a una canasta imaginaria para iniciar un viaje en globo. No daremos la vuelta al mundo en 80 días, pero haremos un recorrido por una de tus pasiones: los cómics y novelas gráficas. Dice Will Eisner, uno de los referentes en este tema, que más que de cómic habría que hablar de «arte secuencial», y la verdad es que razón no le falta. Cuando hablamos de las cualidades del género, no pudiste contenerte y ¡me lo escribiste en viñetas! Como era de esperarse, comenzaste por un chiste:
«Cosas buenas de los cómics», por Bruno Díaz:
1. Lo lees rápido.
2. No tienes que imaginarte las cosas. (¿Qué esfuerzo es la abstracción y qué concreta la ilustración, verdad?)
3. Las viñetas son cortas. (¡Unidades de sentido concretas en una historia secuenciada!)
4. Son divertidos. (¡Nada que objetar, para ti el humor está por encima de todo!).
5. La información es clara. (Es cierto, el lenguaje, puede ser muy oscuro).
A ti su estructura te ha proporcionado fuentes de inspiración para tus propias historias y ha constituido un medio de comunicación. Escribes historias y expresas, muchas veces, tu pensamiento en viñetas. Una manera de narrar con fuerte peso visual, como si las palabras no pudieran viajar solas o tuvieran la necesidad de ser arropadas por las imágenes. Para mí, la clave está en la secuencia: espacios narrativos delimitados que puedes dominar a tu propio ritmo, con temas que no subestiman tu capacidad de pensar ni de sentir como persona. En la novela gráfica se parte de los detalles -viñetas- para acceder al todo. Tal como tú miras: de lo singular a lo general; de lo particular a lo universal. Por eso nunca dirás «¡un mapa!» al ver un mapamundi. Primero, elegirás un país que llame tu atención por el color o su nombre, al que relacionarás con el que está su lado (¿tiene rutas? ¿cruzan ríos?), para sumar al siguiente en la frontera. Así, hilarás y procesarás toda la información, paso a paso, con el peso visual y la información que contiene. Minutos después, llegarás a la conclusión que se trata de un mapa, y para entonces tendrás su foto detallada en tu cabeza.
Hay una clara sintonía entre tu manera de pensar y los cómics. Cada viñeta es intensa, precisa y desglosa una historia que devoras; no porque sea apta para la masticación, sino por el inmenso placer de disfrutar, una vez más, de las posibilidades de la literatura… en bocadillo.
Un abrazo secuencial,
Mamá.
Biblioteca de favoritos
Estos son los cómic y novelas gráficas que nos acompañaron.Todas las recomendaciones son de Enrique Tapia, librero de Jarcha, y de su hijo Darío, amigo incondicional del Bruno en la lectura y en la vida. Muchos se pueden leer a partir de los ocho años y otros a partir de los diez.