Dímelo con viñetas: cómics para quienes empiezan a leer
Sobre criptografía, lectura y cómics. En aparición: «Narval. Unicornio marino», «Claudio y Morino», «Uxío» y «Súperpatata».
Imaginemos un espía especialista en criptografía. En un tiempo determinado debe descifrar un complejo mensaje, que posiblemente le salve la vida; pero antes necesita reconocer el código. El patrón que hará que todo cobre sentido. Aprender a leer puede ser algo así, ¿no? difícil, pero gratificante; complejo, pero liberador.
Muchas de las personas que compran libros para niños y niñas tienen la falsa creencia de que la cantidad de texto está ligado, necesariamente, a la facilidad de la lectura. Un karma con el que cargan álbumes ilustrados y cómics, cuando cada uno de estos géneros conlleva un lenguaje propio que, lejos de empobrecer, aumenta la competencia lectora. En los álbumes se hace esencial la lectura de imágenes; en los cómics, además, una determinada estructura narrativa.
Vamos a detenernos en este último género. Entre sus varias características, los cómics tienen un orden propio de lectura, que a veces es difícil de seguir (¿qué viñeta se debe leer primero?), y los globos, según su forma, indican diferentes tonos de voz. Sin embargo, la imagen —siempre democrática— ayuda a interpretar la lectura. La historia puede seguirse de forma visual en pequeñas unidades de sentido.
Vaya, parece difícil… ¿por qué complicarse la vida, entonces? ¿no es mejor a esperar a que asienten la lectoescritura? Esta pregunta, aunque legítima, puede competir con esta otra: ¿por qué damos por sentado que solo hay un camino para convertirse en lector o lectora? En cualquier caso, siempre será mejor ampliar el universo que acotarlo. Ofrecer que negar; esperar una respuesta a preconcebirla. Lo que sigue es una pequeña selección para introducir el cómic en la biblioteca de nuestros futuros criptógrafos y criptógrafas.