¡Buen día! (O la nota de los saludos)

¡Buenos días! (O la nota de los saludos)

¡Aloha, gente lectora! Presentamos un álbum lleno de revelaciones y secretos. Después de leer este original libro informativo, ¡ningún saludo será igual!

Los libros son criaturas con recursos. Siempre hay algo que encienden para llamar nuestra atención: un título, una contraportada, una imagen… En el caso de El libro de los saludos fue su tema el que me guiñó el ojo y me captó para su causa. En primer lugar, porque los libros informativos infantiles basados en ciencias sociales o humanas no son los más abundantes (la diferencia con las ciencias naturales es abrumadora); y en segundo término porque hasta el momento… ¡es el único ejemplar de su especie!

Arianna Squilloni, su autora, cuenta sobre él: «Descubrí que, en todos los idiomas, la primera palabra que le dirigimos a alguien (el saludo) está cargada de un sentido profundo. Bien mirado, la base de toda comunicación humana es reconocer la presencia del otro, y eso se hace saludando. Este reconocimiento es tan importante que en muchos idiomas africanos acontece algo maravilloso. Los zulú de la región de Natal en Sudáfrica, cuando te ven te dice Sawubona, es decir: “Te reconozco” y recién después puedes responder “Sikkhona”, “Estoy aquí”. Es como si en el momento en el que el otro te viera, te otorgara la existencia».

El libro de los saludos recopila, por significado, los saludos de diversos países y culturas. Al conocerlos nos adentramos en su forma de ver el mundo. A veces a partir de sus costumbres y, otras, a través de su historia. Por ejemplo, podemos rastrear el gesto de darnos la mano hasta la antigüedad. Aparece en la Ilíada, la Odisea, la Biblia y en un azulejo asirio, como forma de darle materialidad a una promesa; de sellar un pacto de confianza. «¿No es algo que se sigue haciendo en los juegos infantiles, por ejemplo, al abrazar los meñiques?», se pregunta la autora.

El libro de los saludos, Arianna Squilloni y Olga Capdevila, A Buen Paso, 2020.

Los famosos saludos con la mano que se ven en la películas estadounidenses, donde las palmas se chocan y juntan a través de diferentes gestos, tienen su origen en el llamado DAP (Dignity and pride). El Dap fue un saludo creado por los jóvenes soldados afroamericanos enviados a Vitenam. En un contexto aún racista y en plena bullición de los derechos civiles, esos soldados crearon un saludo con cuatro gestos básicos cargados de significados para sentirse unidos, cercanos, como una familia. Eran estos:

El libro de los saludos, Arianna Squilloni y Olga Capdevila, A Buen Paso, 2020.

Los ejemplos dados son solo algunos de los muchísimos datos y referencias interesantes. Entre ellos está el vínculo entre los besos de nariz y su origen mítico, ligado al compartir el aliento vital, o la razón por la cual el espíritu aloha se encuentra protegido en la legislación hawaiana. En todo caso, lo interesante está en cómo los saludos tienen poco de azar y mucho de nuestros deseos, anhelos o preocupaciones. Las ilustraciones de Olga Capdevila amplían la información con situaciones concretas y otorgan acertadas cuotas de humor. Gracias a ellas y al inconfundible estilo de la ilustradora, el libro adquiere un carácter alegre, dinámico y ágil de leer.

Para despedirnos…

En los libros siempre es más interesante el silencio que las palabras. El texto mudo que se crea cuando se conforma el acto de la lectura. En un tiempo de tanto aislamiento, cuidado, soledad y dolor, El libro de los saludos nos recuerda, tejido en lo invisible, nuestra naturaleza social. Una de las preguntas que más me hice durante el confinamiento fue cómo se iba a transformar nuestra manera de reconocernos, de vincularnos. ¿Qué mirada nos devolvería el otro? ¿Cuál seríamos capaces de dar? Mientras la radio no dejaba de ofrecer datos sobre los efectos físicos de covid-19, me preguntaba cuándo hablarían de la otra información, la que nos afecta no tanto como seres vivos sino como personas. ¿Qué impacto tendría en nuestras costumbres, en la cultura? ¿Cambiaría nuestra configuración social? ¿Cuál sería la primera palabra de nuestro saludo? ¿Lograría el sentido del tacto habituarse a su nueva realidad?

El álbum de Arianna Squilloni y Olga Capdevila pone el foco en una unidad mínima y milenaria para abrir la escucha hacia una parte de nuestra universalidad. Porque más allá de cualquier circunstancia, elegimos estar juntos. Por eso, nos apilamos en edificios aunque la tierra es basta y grande; y los nómadas siempre se mueven en grupo. Esa primera palabra que decimos al estar frente a frente con el otro es el símbolo de nuestra necesidad, no solo de ser, sino de ser junto a los demás. Una tierra de paz que guarda, en su futuro, el insalvable conflicto de las relaciones humanas y, al mismo tiempo, el vehemente afán de perseverar en ellas. Namasté.

El libro de los saludos
Arianna Squilloni  – Olga Capdevila
A buen paso

Para conocer un poco más…

Ciao. Todo lo que se esconde en un saludo. | Arianna Squilloni | TEDxMálaga

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