Ana Garralón: «Leo y releo el libro de Marc Soriano»
En la sección «¿Qué leen los que leen?» Ana Garralón, Premio Nacional del Fomento a la Lectura, nos invita a asomarnos a su recorrido lector. Un placer contar con sus palabras.
Ana, eres especialista en libros de no ficción. ¿Qué lecturas te despertaron la curiosidad por ellos?
Siempre cuento que mi infancia no tuvo libros, ni estuve rodeada de lectores, ni me leyeron a la hora de dormir… Siendo adolescente las asignaturas que más me atraían en el Instituto eran filosofía, historia del arte, ciencias sociales. Así que pronto comencé a extender las lecturas con otros libros. Recuerdo tener muy subrayado y entender poco la Crítica de la razón práctica de Kant.
¿Qué libros, de literatura y de ensayo, han marcado tu trayectoria profesional hacia la literatura infantil?
Comencé a trabajar con libros para niños a finales de los años ochenta, así que tuve una gran influencia de pensadores como Graciela Montes, Michèle Petit, muchas, muchas revistas de España América Latina y Francia, y todo lo que surgió de instituciones hoy residuales como la Fundación Germán Sanchez Ruipérez, Fundalectura o el Banco del Libro. Eran espacios de discusión, lectura y reflexión sobre la literatura infantil.
¿Cuándo comenzaste a considerarte lectora?
Tarde, muy tarde, cuando era adolescente. Necesité levantar un muro frente a mi realidad, con la que no me sentía cómoda.
Se habla mucho del canon, de aquellos pilares indiscutibles. ¿Cuál es el tuyo, el personal, aquel con el que poblarías la biblioteca que te llevarías al otro lugar del mundo?
El canon es algo que va cambiando según leemos, pero en materia profesional, leo y releo el libro de Marc Soriano La literatura para niños y jóvenes que me parece fundamental para explorar ciertas ideas a lo largo de la historia. En cuanto a libros infantiles, bueno, creo que es conocida mi admiración por Roald Dahl, Christine Nöstlinger, Peter Härtling, Tomi Ungerer, el gran Maurice Sendak…
¿Cuáles fueron, durante tu juventud, tus contextos de lectura?
Colegio de monjas del que me expulsaron, familia de clase media, una chica con poco interés en las cosas de chicas, y descubrimiento en la adolescencia del poder para aislarme con los libros, revistas. Fue un mundo que yo misma creé: iba a la cuesta de Moyano a buscar libros de todo tipo, visitaba librerías, coleccionaba la revista La Luna, los suplementos de Babelia. Mi habitación era una biblioteca hecha a medida.
Hay ideas, conceptos, premisas, que guían nuestro trabajo. Nacen del pensamiento y la reflexión, después de una larga experiencia. ¿Podrías contarnos qué principios están presentes cuando escribes en tu blog?
Me gusta pensar que mi blog es algo fresco y espontáneo. De hecho, escribo en él cuando necesito contar algo, o después de haber hecho alguna reflexión personal. Haber tenido una amplia formación autodidacta en los libros infantiles me ha permitido estar en un lugar que no es ni académico ni poco reflexionado. Es una especie de no-lugar donde puedo saltarme algunas normas y tópicos, en el que no he olvidado las lecturas, en el que no he dejado de trabajar ni un solo día, y al que acudo con mucho oficio después de muchos años escribiendo, escuchando y pensando sobre el tema.
Eres autora de Leer y saber, un libro fundamental para los interesados en los libros de no ficción destinados a la infancia. ¿Puedes contarnos qué encontraremos si lo visitamos?
Básicamente una idea: los libros informativos también forman lectores. Todo el libro gira alrededor de esta premisa y se esfuerza en presentar autores, tendencias, obras maravillosas y claves para analizarlos.
¿Has hecho algún hallazgo de autor, tema o editor en el proceso de elaboración del libro?
Sin duda fue el Orbis Pictus de Comenius, ese librito publicado en el siglo XVII, cuyo concepto fue innovador, creativo, asombroso en cuanto a su diseño (de hecho hoy en día sigue siendo copiado), y a su idea de lo que es la infancia. Ha sido reeditado recientemente por la editorial Zorro Rojo.
¡Muchas gracias, Ana!
Posdata sobre Ana
Lo más frecuente es oír —o decir— que Ana Garralón es crítica, formadora, especialista y Premio Nacional de Fomento a la Lectura. Sobre ella hay una gran cantidad de información en Internet. Incluso, entrevistas más interesantes que la que has leído en este espacio. Sin embargo, me gustaría agregar que, además, sus ideas se transforman en realidades que aportan y hacen más bello el lugar que habitamos. El primer ejemplo es el proyecto La Fabulosa, una librería poco convencional que le da un lugar protagónico a la literatura infantil y juvenil latinoamericana . También, fundó la Escuela Anatarambana con cursos tan cuidadosos como accesibles. No siempre estoy de acuerdo con sus opiniones, pero agradezco profundamente que, en un tiempo donde hasta respirar se puede considerar ofensivo, no tema abrir espacios serios para el pensamiento y el debate. Su blog es un compendio de excelentes lecturas y artículos muy bien documentados. Por lo tanto, si aún no lo has visitado: ¡corre! Por último, tengo que decir tres cosas muy importantes. Primera: nunca recibirás un regalo mejor envuelto que el suyo; segundo: hace unas libretas hermosas (su faceta de encuadernadora merece la pena conocerla) y tercero: es muy generosa con su conocimiento y su tiempo. Si visitas La Fabulosa, lo comprobarás.