Tres historias magnéticas para ir más lejos
«Zenobia», «Y oyes como llora el viento» y «Pueblo frente al mar», tres realidades que coexisten más allá de quien observa.
Según la física cuántica, dos realidades contradictorias pueden coexistir. Es posible ser, estar, no ser y no estar al mismo tiempo. El resultado depende de la persona que observa. Al menos, así lo expresa una reciente investigación de la universidad de Heriot-Watt en Reino Unido.
Esta mañana he pensado en la variedad de realidades que nos habitan. En como establecen acuerdos de convivencia, se rozan o interactúan con los demás. En mi mente se dibujó el diagrama de Ben, la unión de Pequeño Azul y Pequeño Amarillo o el contacto entre dos daimonion, tal como los describe Philip Pullman en La Materia Oscura. Lo cierto es que algunas realidades nos quedan lejos solo con estar a pocos centímetros y otras muy cerca, a pesar de ocurrir a miles de kilómetros de distancia. Tal vez, algún día la física cuántica nos sorprenda con un estudio sobre el magnetismo de los lazos de atracción de los seres humanos. Después de todo, como afirman algunas escuelas de psicología, somos seres polares.
Con la literatura pasa lo mismo. Entrar a una librería es exponerse a un campo magnético donde muchas realidades, incluso contradictorias, coexisten. Entre una y otra apenas hay una frontera de papel o cartón. Quien se pasee entre libros repelerá algunas y sentirá una inmensa atracción por otras. Una buena parte de esos libros crearán una conexión con otros espacios, esta vez materiales, donde el mundo se toca y se huele. Lugares que tienden puentes con nuestro imaginario y con la prensa de cada día para hilar sus historias con las nuestras. Ese es uno de los tantos poderes de la literatura. ¿Qué hacemos luego con esos paisajes extendidos, ampliados? ¿Cómo asumimos ser el mapa donde todo se une y toma forma? Esa es otra cuestión.
Hoy las partículas de mi campo magnético atrajeron tres libros que me gustaría compartir. Acercad vuestra brújula, tal vez viajemos juntos.